miércoles, 14 de mayo de 2014

LA CARTERA
Me acababan de comprar los libros para empezar el curso. Era la primera vez que teníamos varios textos para diferentes asignaturas: Matemáticas, Lenguaje y las Unidades Didácticas, que en realidad eran las Ciencias Naturales, Historia y Geografía.

Esparcidos encima de la mesa, me parecían un regalo inmenso. ¡Tantos libros para mí!. Los cogía y pasaba las hojas deprisa, delante de mí nariz, ¡qué bien olían! es uno de esos olores que se quedan en  un rincón de la memoria, y que si cierras los ojos, acompañan al recuerdo y lo hace más próximo.

El material, los lápices, la goma, una reglita pequeña y cuadrada de color azul, todo metido en un estuche con gomas y con cremallera.

Me forraron los libros, para que no se estropearan -¡qué tontería!- pensé yo, jamás, jamás podría romper esos libros preciosos con colores que me iban a enseñar tantas cosas.

Y después de los libros y el estuche, al comenzar las clases me compraron la cartera. ¡La cartera! Madre mía, una cartera de material, pero de material, material (que era como entonces llamábamos a las que no eran de plástico), y con un asa como la de las maletas, y un cierre metálico brillante que entrabas como una cuña, por debajo de una pieza, como un puente. Si apretabas con el dedo la cuña se hundía y podías abrir la cartera. Y allí dentro guardé todos los libros y el estuche.

Que bien la recuerdo. Grande, con un olor a zapatos nuevos que le duró mucho, mucho tiempo.

Hace muchos años la encontré en el "doblao", en una caja con todas mis cosas de pequeña; mis cuadernos, mis libros, las cartillas... La cartera estaba vacía. ¡Qué pena! Parecía mucho más pequeña, tal vez la soledad y la tristeza de aquel abandono la habrían reducido. Me senté y la miré con nostalgia, como para hacerle compañía. Recordé cuando la hacía girar a mi alrededor, con su peso,  era como si yo misma  fuera un tio-vivo. La miré y me vi camino de la escuela, con mi hermana y sus amigas, yo era la más pequeña. Y mi cartera nueva. No podía dejar de mirarla; seguro que era la más bonita de toda la clase, y ¡lo era!. Y recordé cómo la colocaba con cuidado, sin prisas, sobre la mesa para sacar las cosas y que todas la vieran. Y después la colocaba en mi silla, entre el respaldo y mi espalda. Y ella se quedaba allí quieta, esperando mis manos de niña, para coger otras cosas, o guardar un dibujo o las libretas.

Y después, de vuelta a casa, agarrándola fuerte para que no se me cayera.

Lo peor era comer y volver a la escuela, entonces si que pesaba mi cartera. Seguro que el sueño se había metido también dentro de ella.


lunes, 5 de mayo de 2014

EN LAS PEQUEÑAS COSAS SE ENCUENTRA LA FELICIDAD
Otro año más han pasado las fiesta de la Santa Cruz. Otro año más he presentado los Play-Back y el festival de Mayas y Cruces.

Me encanta participar en estas fiestas. Las fiestas de un barrio sencillo, obrero y alegre, muy alegre.

Las madres de las niñas que bailaban cuando empecé a presentar el festival hoy son abuelas, las niñas son ya madres. Y yo sigo siendo aquella jovencita (con muchos años) que le encanta mirar las sonrisas ilusionadas de los niños y niñas, cuando suben a bailar o con las cruces. A los niños y niñas poco les importa el premio. Ellos no entienden de esas cosas, su recompensa es estar allí arriba, que sus mamás y papás, tios, tias, abuelos, abuelas... los amigos disfruten con verlos felices. Y yo me siento miembro de la familia de todos y cada uno de ellos y ellas.

Este año ha habido una gran participación. De los 8 colegios de Villanueva de la Serena han participado 6. A ver si el próximo año hay representación de los 8 y hacemos pleno.

Ha sido un festival largo; tres horas de duración, hemos pasado mucho calor, sobre todo los niños y niñas. Por eso al año que viene hay que mejorar, cada año me esfuerzo en hacerlo mejor.

De resultas de esas 3 horas de festival ayer y hoy me acompaña una estupenda afonía. No me importa, la voz se recupera con un poco de reposo. El recuerdo de sus labios sonrientes, del brillo de sus ojos, de su alegría al bailar, al decirme sus nombres, al saludar al público, incluso las lágrimas de los más pequeños, me acompañarán siempre. Estas son las cosas por las que merece la pena vivir y participar de la vida de nuestro pueblo.

Notar el cariño de la gente no tiene precio, no se paga con dinero, es mucho más, mucho, mucho más. Cada año la Hermandad me agradece mi colaboración y soy yo la que tengo mucho, mucho que agradecer. Es el aprecio, el cariño sincero, la amistad, el valorarme como lo que soy una BUENA PERSONA, esa es la mayor recompensa que me podéis dar y por eso GRACIAS, GRACIAS y MIL GRACIAS.

Este año el nivel de los Play-Back ha sido alto. Las niñas se lo han currado con entusiasmo y alegría. la carpa estaba a reventar. A ver si el próximo año también se animan los chicos.

Ni que decir tiene que la carpa con el festival de Mayas y Cruces estaba también lleno, lleno, lleno. Ha sido muy largo, ya digo, tres hora, que dejan huella. (y lo de mi afonía, jajajajaja)

Ahora a preparar las fiestas del próximo año. Que sean tan exitosas como la este.

Hermandad que sois los mejores, Padrecito que vales tu peso en oro=BENDICIÓN. Gracias y hasta cuando queráis.

miércoles, 30 de abril de 2014


Anoche fue una noche fantástica. Iba como invitada al desfile de la Asociación contra el cáncer. Era un acto en el que mujeres mastectomizadas desfilaron con lencería y ropa de baño.

Yo iba con miedo escénico, la verdad. La presentadora, una gran persona, me había llamado unos día antes.
- Oye Paqui quiero que participes en un desfile en el Vegas Altas.
- Ni loca -contesté yo- con mi metro y medio (en realidad 1,54 cm) y estas "jechuras", ¡ni loca!.
- Que no, tonta. Que lo que queremos es que con tu gracia y saber estar, arranques unas risas a las personas de la asociación que algunas están pasando por momentos difíciles.
- Ah, eso es otra cosa. ¡Cuenta conmigo!.

Y allí me presenté a las 20:30 en punto. Con más miedo que vergüenza (y mira que vergüenza me queda muy poquita. ¡Jajajaja!).

Empieza el desfile y ocho mujeres que habían pasado el trance del cáncer de mama, unas habiéndolo superado, otras en proceso de superación, se subieron a la pasarela con una fuerza, una energía, una alegría, una valentía envidiable.

Lucieron lencería y trajes de baño con un halo radiante, con una fuerza contagiosa, con una alegría que impregnaba el ambiente. Ocho valientes como otras muchas valientes que se enfrentan al problema con la frente alta y el ánimo dispuesto.

Aplausos, sonrisas y felicidad eso era lo que por allí rondaba.

Y yo estaba inundada de esa atmósfera.

Se me fueron los miedos y los agobios. ¡Si estas mujeres han podido con el cáncer, yo puedo con lo que me echen! -pensé.

Y me llegó el turno. E hice lo que mejor sé hacer, hice feliz a los que estaban allí. Se rieron conmigo (no de mí) porque hace mucho tiempo que he perdido el sentido del ridículo. Disfruté, disfruté y disfruté viendo sus caras alegres, sus sonrisas, sus risas. Yo fui la más afortunada, incluso en el sorteo me tocó uno de los regalos ¡jajaja! ¡qué fuerte!.

Después vino el desfile de trajes de baño, las modelos estaban radiantes, sin complejos, pletóricas de sentirse vencedoras a esa maldita enfermedad y diciéndole a las otras, a las que aún luchan contra ella, que de esto se sale.

En fin, una inyección de buen rollo, de alegría. Personas envidiables, a las que no puedo sino agradecer que me hicieran participe de esa gran noche.

¡Gracias por todo! ¡Y toda la suerte del mundo!

Ahora viene el puente y las fiestas de la Santa Cruz.

Ya os seguiré contanto. Gracias, Gracias, Gracias.

viernes, 25 de abril de 2014

NO TODO SE COMPRA CON DINERO

"Miro a mi alrededor y ¿qué veo? una casa maravillosa, un marido atractivo, inteligente, fiel, adorable (eso lo dicen todos los que lo conocen). Pero y ¿yo?"

Eso pensaba mientras conducía un lujoso deportivo último modelo, con tapicería de cuero rojo, GPS y bluetooh.

Nadie iba con ella.

Sus hijos ya estudiaban fuera buenas carreras, con las que ganarse bien la vida. Una vida como la suya. Sin estrecheces. Su maravillosa casa en la ciudad. Su casa en el campo, con bar, barbacoa, piscina climatizada, sauna... un chalet en la playa más chic de la península, pero ¿y ella?.

Todo el mundo le tiene envidia. ¿La quiere alguien?.

Son muchos los que se acercan a ella, a su casa, a "sus casas". Siempre está preparado el mejor güisqui, el mejor ron, el mejor vino o el mejor champán. Lo que deseen, ella lo tiene todo ¿todo?. No, todo, no. Su propia estima. Le falta su estima.

Se mira en el espejo, siempre se ha mirado en el espejo y ha visto reflejada su imagen, que nada le agrada. Es grande, demasiado grande; morena, demasiado. Pero toma rayos UVA para estar siempre bien doradita, hasta en invierno. Su cara tampoco le gusta. Y ese vientre, por más que adelgace, siempre es prominente. Se mira en el espejo, de reojo y esa imagen no es la que le gustaría ver. Y escucha su voz, una voz que de puro grave parece más de hombre que de mujer. MUJER.

Se casó con alguien lo suficientemente inteligente, atractivo, guapo, dulce, suave, bueno, como  para que fuera la envidia de todas y todos.

Pero no es feliz. Algo le falta y no se compra con dinero

martes, 18 de febrero de 2014

LOS CUENTOS DE LA CLASE (2)

En la fila todos se miran inquietos. ¿Cómo ha pasado tan pronto el recreo?
- Hay que reorganizarse -comenta Alicia a los que tiene más cerca-.
- A última hora tenemos Educación Física, podemos decirle a la maestra que nos deje juego libre -dijo Séfora- Cristian Segundo y Patricia se miran sonriendo, jugar sin reglas les encanta.

Mientras van entrando en clase cuchichean sobre lo que harán y no harán. La seño los mira arrugando el entrecejo, los conoce tan bien que sabe que están tramando algo.
- ¿Alguién me puede decir cuál va a ser la próxima aventura?
- Nada "seño", -responde Victoria rápidamente; acercándose a la mesa y susurrando, le dice- ¡Es que va a ser el cumple de Nora y estamos pensando en hacerle una fiesta sorpresa.
Una sonrisa se dibuja en la cara de las dos. ¡Qué idea más brillante! Victoria ha salvado la situación y la seño se siente feliz de que todos sean tan buenos amigos.

Y pasan lentos los minutos, miran una y otra vez al reloj de la pared con las manecillas de Micky y Minie persiguiéndose, -hoy a cámara superlenta-. Hasta que "toc-toc" y entra Isabel, con su chandal rosa y el silbato colgando del cuello. Sin perder ni un segundo, todos tienen recogidas las mesas, preparadas las carteras y la fila perfecta y ordenada. Las "seños" se miran sorprendidas.
- ¡Por Dios! ¡que cosa tan rara! Pero en fin, aprovechemos este momento y salgamos al patio.
- Isa, ¿nos dejas hoy juego libre? ¡Anda, que hace mucho que no nos has dejado!.
- Venga, ¡porfa!
- ¡Vale, vale! -dice Isabel divertida.

Ya tienen todo preparado; un grupo se irá a la pista a jugar al fútbol 7 y le pedirán a Isabel que sea arbitra. Otros jugarán a la comba y al descanso, llevándose con ellos al "topo". Y Alicia y Nora se irán al árbol. A Nora eso de subir no le hace mucha gracia, bueno no le hace ninguna gracia, pero es la mejor amiga de Alicia, siempre están juntas y lo contrario levantaría sospechas.

Al llegar al pie del árbol, Nora duda por un momento, pero al ver a Alicia trepando, y sentada ya en la primera rama decide que ha llegado el momento de ser valiente y demostrar que ella también puede ser intrépida si se lo propone. Resbala y se golpea la rodilla, pero dolorida, sube al lado de su amiga. Las ramas las tapan a las dos.
- ¡Ay, Ali, no sé si voy a poder seguirte! ¡Soy tan patosa! -le dice con sus ojos negros inmensos clavándose en los de su amiga.
- No te preocupes. Creo que lo que hemos hecho era lo más difícil, ahora todo será coser y cantar.
Anima a su amiga que sonríe mostrando unos dientes blancos perfectos, en una preciosa cara bronceada. Nora, vino hace unos años de Marruecos, al principio no sabía español, la seño le chapurreaba algo de francés, pero pronto empezó a hablar el castellano y era una de las mejores estudiantes de la clase, bueno, las "mates" se le resistían un poco.

De pronto, notan que alguien respira a su lado. Pero no ven a nadie "será el viento entre las ramas" -dicen-.
- ¿Qué hacéis aquí, niñas? -Dice una vocecita suave y melodiosa-
- Las amigas se miran sorprendidas. Primero ven una naricita negra y después unas orejas puntiagudas y unos ojitos vivarachos y brillantes y un cuerpecito cubierto de pelo suave y blanco como la nieve, que las mira divertida en un hueco del tronco.
- ¿Quién eres? -pregunta Nora; Alicia no puede articular palabra, no puede creer lo que está viendo-.
KIRA

- Soy Kira, vivo en el árbol desde hace algún tiempo.
- ¿Es verdad que este árbol llega al cielo? -dice Alicia sin salir de su asombro.
- Bueno al cielo, al cielo, no llega pero sí al Puente del Arco Iris.
- ¡Oh! Cuéntanos, ¿que es eso?
- Pues veréis, no se si debo... pero en fin, ya que estáis aquí.
- Cuenta, cuenta, ¡por favor!.

Puente del Arcoiris
Y Kira se pone de pie y se pasea por las ramas y el tronco, como si no hubiera gravedad y les cuenta que el Puente del Arco Iris es un lugar maravilloso, donde hay praderas llenas de flores, bosques frondosos, agua en abundancia, hierba fresca donde tumbarse al sol para hacer la siesta. Allí hay cientos de "peluditos", como ella, allí viven felices, vigilando que sus "papis y mamis" humanos sean felices y esperándolos dichosos y tranquilos hasta que vuelvan a estar juntos. Mientras, se lo pasan en grande retozando y jugando y asomándose de vez en cuando, a través del árbol, para ver a sus familias en la tierra.

-¡Alicia, Nora!. -grita Cristina a sus amigas-. ¡Vamos, vamos! que está sonando la sirena para irnos a casa.¡Mira que sois! ¡Os habéis dormido al pie del árbol! Planeando toda la mañana para que vosotras os hayáis echado una siesta. ¡Desde luego, esto no tiene nombre!
Nora y Alicia se miran estupefactas.
- Pero ¡que dices! si estábamos allí arriba ahora mismo con Kira y nos contaba....
- Anda, anda... vámonos a casa que estáis como una chota -Cristina esta realmente enfadada.

Y ellas no pueden explicarse qué es lo que ha pasado. Pero esto no puede quedar así. Tendrán que volver al árbol otro día, con más tiempo, buscar a Kira y que les diga qué es lo que pasa en aquel árbol.


jueves, 23 de enero de 2014

LOS CUENTOS DE LA CLASE

Alicia vive en un pueblo, pequeño, aunque a ella le parece el lugar más grande del mundo. Su escuela tiene un patio de tierra enoooorme. Y una pared que lo rodea también, muy alta. Y tiene un árbol inmenso. Si lo miras desde abajo, muy cerca del tronco, no se ven las últimas ramas, bueno es que si se pudiera subir por el tronco, de rama en rama, se tardaría mucho, pero se llegaría al cielo. ¡Seguro!.

A Alicia no se le va de la cabeza el subir algún día, claro que sin que se de cuenta la "seño", ni el chivato de Antoñito, que todo lo cuenta, ¡es más tonto!. Tiene los dos dientes de arriba anchísimos pero muy cortos, porque le están saliendo, unas pecas a los lados de la nariz marrones, y una nariz que parece que se la aplasta todos los días detrás del cristal de la puerta de su casa y así le dura toda la mañana. Además tiene el pelo amarillo y un flequillo que le tapa los ojos, que son muy pequeños, y por eso todos en la clase le llaman "el topo" porque con los ojos tan chicos y tapados, casi nunca ve nada de lo que explica la maestra; pero se entera de todas las tratadas que hacen Alicia y sus amigos, para luego ir a contárselas a la primera profe que vea. Por eso la panda le tiene un poco de "hincha".


En fin que Alicia está deseando trepar por las ramas del árbol, que seguro es el árbol más alto del mundo, aunque en la tele no hayan dicho nada. El otro día se lo preguntó a su mamá, y ella le dijo que era mejor que la tele no se enterara porque si no se llenaría de periodistas y de curiosos y el pueblo cambiaría mucho, y no podrían salir de las casas. Bueno si mamá lo dice sus razones tendrá.

Esta mañana se ha levantado con espíritu intrépido, lo sabe porque cuando se levanta con el flequillo de punta, es cuando le pasan las mayores aventuras. Mamá también lo sabe, y le ha advertido:
- A ver que vas a inventar hoy "Indiana Jones", que te has levantado con mirada de exploradora, y eso me da un miedo que nadie sabe. No te vayas a meter en líos y del cole derechita a casa.
- No te preocupes mamá. Vendré derechita que ya sé que de postre hay tarta.

Pero sabe que hoy no va a ser un día normal, se le han erizado los pelillos de la nuca camino del cole, es una señal de alarma, que quiere decir que hoy va a pasar algo extraordinario.

Y se encamina decidida hacia el destino. Cerca ya de la escuela se encuentra con Lidia, como siempre se saludan con un guiño y un gruñido, es el saludo de la "panda", Lidia es una de sus más intrépidas compañeras. Le brillan los ojos, y las dos se miran con la cabeza un poquito girada y con los ojos semicerrados:
- ¿Qué se te ha ocurrido que hagamos hoy en el recreo? -pregunta Alicia a su amiga-
- Lo mismo te iba a pregunta yo a ti. -le responde Lidia intrigada-
- Ya se me ocurrirá algo. Tal vez durante la clase de "mates"....

En el patio están Luís y Alberto, dispuestos siempre a la aventura que las chicas puedan proponerles. A ellas se les ocurren las mejores trastadas. ¿Qué habrán ideado para hoy? Llevan ya días que están muy tranquilas, lo que quiere decir que se avecinan sorpresas, ellos lo saben y aguardan expectantes.

David y Séfora han llegado tarde pero no se les escapa el ambiente de intriga que reina entre sus amigos.

El reloj que está encima de la pizarra avanza despacio, se hace interminable la clase de mates y eso que hoy ha sido interesante, les ha enseñado las clases de triángulos. Que curioso, que puedan tener varios nombres a la vez como las personas. Triángulo rectánculo escaleno, triángulo equilátero acutángulo... que bien suena esas palabras si las dice la seño con esa preciosa voz que acaricia las consonantes y canta en las vocales. Después viene la clase de lengua y han hecho una lectura de unos loritos que estaban enjaulados y se ponían muy tristes. Y luego los llevaban a la jungla para que fueran felices. Ha sido muy bonito, porque todos querían que los animales vivan allí donde han nacido, en libertad.

Libertad, eso es lo que están esperando todos ellos. Y por fin suena el timbre del recreo. Aun hay que recoger las mesas pero lo hacen en un abrir y cerrar de ojos. La seño se queda boquiabierta porque Patricia G, que siempre es la última, ha salido inmediatamente detrás de Alicia, que ha sido la primera.
- ¿Qué pasa, qué pasa? Habéis estado todos tan misteriosos durante la mañana.
- ¡Calla! -le dice Séfora, tirando de ella más lejos de la puerta donde no pueda oírlas la maestra- creo que a Alicia se le ha ocurrido una idea fantástica.
- ¿De qué se trata?
- No lo sé - contesta Séfora-
- ¿Y entonces porqué sabes que es fantástica?
- ¡ Ay, hija a veces pareces tonta! Qué pena de "dieces" que sacas en matemáticas.
- Pero qué tienen que ver mis notas con la idea fantástica de Alicia. ¡Tú si que eres tonta!.

Alberto que las oye discutir, se acerca para poner paz.
- No os vayáis a pelear, que entonces se acaba la juerga. Vamos a ver que es lo que se le ha ocurrido a Alicia y tengamos el recreo en paz.



Todos se juntan bajo el árbol enorme. Y mientras dan buena cuenta de la merienda esperan a que Alicia les cuente cuál va a ser la aventura de esta mañana.
- ¿Os acordáis del cuento de "Juan y las habichuelas" que nos contó la seño en 1º? -cómo lo iban a olvidar, la seño contaba tan bien los cuentos, que recordaban todos los que les había contado, como si los llevaran grabados en el disco duro del cerebro (si lo tuvieran, que no lo tenían, porque si lo tuvieran a Manuel le habría entrado un virus que le habría borrado toda la información, porque siempre estaba en stanby, pero cuando se reiniciaba el antivirus, se convertía en una máquina). En fin, que sí, que se acordaban.- Bueno pues este árbol que veis aquí también llega hasta el cielo y yo voy a ver que hay allá arriba. ¿Quién se atreve a venir conmigo?

Todos se miran sorprendidos. De todas las ideas locas que se le habían ocurrido a Alicia, aquella se llevaba la palma. Luís es el primero que se levanta porque no se cree que el árbol llegue al cielo, eso no podía ser. Nunca jamás un árbol podría llegar al cielo. Luís es siempre muy negativo, nunca disfruta de las historias que se leen en clase, aunque sean de fantasmas, o de príncipes y princesas, o de ogros o de marcianos o dragones... Él nunca se creé nada. Y no hay que creérselo, solo hay que imaginarlo, que para eso están los ojos de la imaginación. Total que hay que explicarle que esto es una aventura de investigación. Al final deciden que deben disimular y jugar a los juegos de siempre mientras, Alicia y Manuel suben al árbol. Para que nadie los descubra y sobre todo para que "el topo" no se dé cuenta que están tramando algo. Así cuando él se acerca:
-¿Qué hacéis?
- Nos la estamos echando para jugar al fútbol. ¿Juegas?
- No, que siempre me ponéis de portero y tiráis a "reventón" para hacerme daño.
- Eres un quejica. Pues luego no vayas diciendo que no te dejamos jugar. -Y "el topo"se va-. La jugada ha sido perfecta. Porque saben que no le gusta el fútbol. Así por lo menos los dejará tranquilos este recreo.
- Bueno manos a la obra.
- ¿Qué obra? ¿Ya vamos a empezar con los ensayos de teatro este año, pero si la seño aún no nos ha dicho nada?.
- ¡Ay, Manuel que no te enteras de nada!, que Alicia y tú vais a subir al árbol a ver hasta donde llega.

Pero cuando se empina para subir el primero, se da cuenta de que hoy ha estrenado las zapatillas de deporte y si el primer día las araña, para que queremos más con su padre.
- Mira que yo no subo, que me he acordado que tengo que estudiar para el examen de "Cono" de mañana.
- ¿Estudiar, Manuel? Pero si tú no necesitas estudiar, casi sabes más que la maestra.
- Bueno la verdad es que...tengo vértigo.
- Vértigo dice...él, qué se subió al andamio para pasar al tejado y coger el balón que encajó José cuando estaban pintando el patio. Vértigo...
- Bueno....-balbucea Manuel- es que... he estrenado zapatillas y si me las araño el primer día...
- Pues ya no tienes que arañártelas el segundo. ¡Mira, que eres tonto! -dijo alguien-.
- Que no, que no. Que si no mi padre se enfada y no me lleva el domingo de pesca. Quita, quita. Yo no subo. -refunfuñó Manuel con cara mohína-.
- Pues alguien tiene que acompañar a Alicia, no va a ir sola.
Con tantos planes, y dudas el recreo se ha ido pasando. Y suena la sirena para volver a clase.


Esta historia se comenzó a escribir en 2006, con la promesa de continuarla. Y la cumpliré!

martes, 14 de enero de 2014

LA PIZARRA
Una gran ventana negra enmarcada de madera marrón. Desde la puerta se la veía dominando la clase. Inmensa, oscura, todopoderosa.

Allí cabía todo: el abecedario, y los números; los dictados y las cuentas; el mapa de España y Portugal y los mamíferos, los peces y los problemas, los ríos, sus afluentes, el sujeto y el predicado...

La mirábamos con ojos curiosos, siempre con ganas de salir al encerado y deslizar la tiza escribiendo lo que mandara la maestra. O a borrar lo que ella había escrito y llenarte de polvo las manos para después manchar a alguna compañera. ¡Qué risa! batir palmas y formar una nube suave entorno a alguna cabeza.

Con la luz apagada y las persianas bajadas, la pizarra era una enorme boca que abría sus fauces y nos asustaba. No queríamos olvidar nada en la mesa, en la percha, volver a la clase sola daba miedo.

¡Con el sol era otra cosa! Te invitaba a pintar un campo con flores, o un perro o un coche.... Es verdad que nunca nos dejaban hacerlo. Jamás pudimos acercarnos a ella a menos que te mandaran a hacer alguna tarea. Eran otros tiempos. Ahora ya la pizarra no es negra, ni de pizarra. Las tizas ya no son prismas. Ahora son las pizarras verdes o digitales. Las tizas son redondas y no sueltan tanto polvo, ni hacen el trazo tan ancho. Ahora los niños y niñas escriben, dibujan o cuentan en ellas, incluso, sin permiso de la maestra, para hacer sus pequeñas obras de arte, sus primeras letras, líneas rectas y curvas, un perrito o un árbol de Navidad.

La pizarra digital es como un móvil táctil en cinemascope, a tamaño gigante. ¡Con lo que les gustan los móviles! Les ofrece la posibilidad de descubrir el mundo, através de YOUTUBE, qué fácil les resulta resolver ejercicios con el dedo sobre las palabras o los números. O dibujar con las líneas de colores, de caritas sonrientes o estrellitas. Tal vez la pizarra aquella de mi infancia esté llena de polvo en algún almacén y añore las voces infantiles, la tiza deslizándose por ella, la voz de una maestra.

domingo, 29 de diciembre de 2013

LA NAVIDAD
¡Ay la Navidad! Llena de buenas intenciones de buenos deseos, de felicitaciones, de sonrisas. Que cada año empiezan antes en los centros comerciales, en la tele... 

¡La cena de Nochebuena! ¡Ay, la cena de Nochebuena! Una maratón de entrantes y canapés y varios platos fuertes, sobretodo carne, y para reventar los flanes y el pastel. Rematado con la bandeja de dulces.
¡Vamos que las 7.000 calorías no nos las quita nadie! Todo ello regado con vino (el vino bueno que podríamos haber disfrutado con un platito de jamón cualquier noche) y en Nochebuena ni lo paladeamos -¡qué lástima!- porque ya no nos cabe.

Así que al día siguiente, en Navidad, comemos lo que nos sobró en la cena anterior; pero es que te duran las sobras cuatro o cinco días, y eso ya aburre. Te salen los langostinos y las gambas hasta por las orejas. Que si sales y de aperitivo te ponen unas gambitas, miras al camarero con cara de "¿te estás quedando conmigo?" En fin, que aún no te has repuesto de los excesos de la Nochebuena y ya empiezas a preparar los de fin de año, y entremedias alguna fiesta con amigos, compañeros... Comer, comer, beber, beber... y que no hay tiempo para hacer ejercicio, has pasado meses yendo al gimnasio y en 12 días pierdes todo lo alcanzado, vamos que coges esos kilos que tanto te costó perder; y todos preocupados por la figura (yo ya me preocuparé al año que viene).

Las farmacias hacen también su agosto, venta de antiácidos, protectores estomacales y analgésicos, para la resaca. A mí me encantan las navidades, ¡de verdad os lo cuento!

Pero si analizas... mejor, no. Bueno un poco, ¿y los villancicos?
 ...."olé, olé Holanda, Holanda ya se fue"... ¿qué es eso? ¿Dónde se fue Holanda? ¿y qué tiene que ver Holanda con la Navidad en mi pueblo?
..."hacía Belén va una burra, rin, rin"... ¿qué le han puesto timbre a la burra?
..."yo me remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité"... ¿para qué te lo quitas? ¡qué ganas de trabajar en valde!
..."la virgen se está peinando, entre cortina y cortina"... pero ¿por qué? ¿para qué las cortinas? ¡qué incómodo! 
..."los cabellos son de oro"... pero si eran pobres y ¡qué pesadez de cabeza!
..."y el peine de plata fina"... vamos a ver: ¡qué eran pobres!
Y el de ..."catatumba-tumba-tumba"... qué más parece Halloween.

Bueno, bueno...

A mi, de la Navidad, lo que más me gusta es poner el "Árbol", y mi gato Mini, que lo sabe, me lo desmonta cada día, será par que yo disfrute de lo que más me gusta de estos días. ¡Será por eso!.


lunes, 23 de diciembre de 2013

VELADA LITERARIA
El año pasado se cambió el formato, de la cena ruidosa en la que, con los platos y las charlas, las copas y la comida, casi nadie hacía caso ni del presentador de turno, ni de las deliberaciones del jurado, ni de.... hemos pasado a un formato más lógico, más acorde con un acto literario. Donde el escenario es el plato principal y destino de nuestras miradas. Situados frente a él en perfecto silencio y atención hemos seguido la gala sin perder detalle. Disfrutando de todos y cada uno de los minutos que ha durado.

El día del evento es cada año especial. Preparar la ropa con cuidado, no deja de ser el acto social más importante del año, y si hay que tirar de amistades para algún que otro complemento, ¡se tira!, para eso están.

Comenzar el acicalamiento con tiempo para no llegar tarde, encontrar una plaza de aparcamiento lo más cerca de la entrada, sobre todo para la hora de la salida. Y ya en el lugar los saludos, a diestro y siniestro. Algunos alegres y emotivos, personas que ves en contadas ocasiones pero que te alegras de encontrar, otras a las que  rehuyes la mirada, ¿para qué saludar? pero siempre, impepinablemente, te das de bruces con ellas y no tienes más remedio que esbozar una sonrisa y ser cortés y educada, después te despellejará con sus amigos, ¡es lo que tiene vivir en sociedad!. No importa.

La gala comienza con los invitados ocupando sus asientos, adjudicados a cada uno por su nombre en las primeras filas. Con espacio suficiente para el resto de asistentes.

La presentadora, profesional, notable y agradablemente sorprendida, comienza el acto elegante y entretenido.

Uno de los mejores actores extremeños encarna al personaje que da nombre al premio literario. Magnífica su voz, su expresión, su talento, que realza unos textos maravillosamente escritos por otro extremeño, dramaturgo prolífico, intelectual reconocido, docto, culto y erudito.

Las canciones acompañadas de una voz dulce y melodiosa y de una guitarra cadenciosa y sutil.

Y la presentadora cada vez más emocionada y asombrada, introduce cada momento con estilo y buen hacer.

Y por fin llega la hora de conocer a los ganadores, ya fue el tiempo de los discursos de las autoridades escuchados con cortesía y atención; pero éste es el momento más esperado de la Gala. Cada componente de la Comisión Lectora, a la que todos han agradecido su trabajo, espera que el título del ganador de este año sea una de las obras que su grupo ha pasado, con ilusión, como si de una obra suya se tratara, y si no es así al año próximo habrá otras oportunidades. Se habla con los ganadores, este año los premios se han quedado en el país (que cuando se van fuera son más gastos). El año pasado; dos escritoras, este año cambian las tornas. Ahora a esperar la nueva edición con nuevas obras.

Terminado el acto literario vienen más saludos, enhorabuenas por la actuación, por el acto en sí, y LA FIESTA. Un aperitivo de pie, al principio un poco escépticos pensando que tendríamos que cenar en casa, pero pronto caemos del error y los camareros y camareras pasan con fluidez con las bandejas cargadas en aperitivos deliciosos que degustamos con hambre, es ya muy tarde.

Se echa de menos algún escote que otros años nos sorprendía o una medias imposibles o un peinado estrafalario, este año no ha habido tanta piel, tanta perla, sí había un traje largo, alguna que otra pasó frío, pero poco.

Siguen los saludos y los encuentros, las charlas y los abrazos, los brindis porque el año que viene la Gala Literaria siga superándose.

Cada año llegamos más temprano a casa y sin miedo a la resaca del día siguiente, porque cada vez la ingesta del alcohol es más reducida. ¡Será cosa de la edad!.

jueves, 17 de octubre de 2013

LA CLASE
Cada inicio de curso, la clase está silenciosa. Los pupitres vacíos, las persianas bajadas, el encerado limpio, las paredes recién blancas.

Cada inicio de curso, la clase espera a sus nuevos inquilinos.

Atrás quedaron los que se fueron, se llevaron sus risas, sus voces, sus miradas, sus canciones, sus papeles con mensajes, sus lápices rotos, sus ilusiones, las libretas repletas.

Cada inicio de curso, la clase recibe caritas ingenuas, miradas de asombro, sonrisas curiosas, lápices intactos, carteras nuevas, libros recién forrados, ganas de aprender, susurros contenidos.

Cada inicio de curso, la clase se llena de nombres. Algunos se repiten, otros suenan por primera vez. Los lazos en el pelo, el uniforme, el traje de deportes, la mochila, el estuche, los colores, el sacapuntas, los "rotus", los cuadernos, las tijeras.... todo se estrena.

Y se van llenando las mañanas de canciones, de cuentas, de letras, de preguntas, de respuestas, de palabras, de tareas, de juegos...

La clase está viva, casi se diría que sueña. Quizás Manuel sea constructor como su madre y Ana, enfermera como su abuela y tal vez Séfora ya no venda en los mercadillos como sus padres, y sea abogada, una abogada muy buena. Y Adrián llegue a ser pintor que es lo que sueña, o descubra una vacuna contra la pobreza, y Alicia sea escritora, y Patricia cineasta y consiga un óscar. Y Alberto, futbolista, Pablo médico, para curar las penas. Y Luís mecánico o albañil o poeta. Cristina, pediatra. María, lo que ella quiera.

¡Uff! Cuantos sueños en esta habitación, cerradita, como una pecera, pero inmensa, sin límites, sin fronteras. Ahí cabe la feria, la piscina, el campo, las volteretas, el sol, la luna y las estrellas, la ciencia, los cuentos, el lobo, la princesa, el enano, el gigante, el topo, la jirafa... todos están en la Biblioteca.

La puerta se abre y la clase recibe a los niños y niñas con las ventanas abiertas.

La primera que entra es la maestra. Cargada de buenas intenciones, de ganas, de fuerza. Y los niños y niñas se sientan se saludan y la saludan a ella.

Comienza el trabajo diario, la lectura, el dictado, las cuentas, los problemas, los ríos, las nubes, los poemas, los sentidos, las casas, los barcos, las fábricas, las máscaras, los murales, la plasti...

El timbre toca el recreo y salen a jugar, a contarse sus cosas y tomar la merienda. Y en la clase reina el silencio con las voces que entran del patio, y espera su vuelta. Y la hora de irse a sus casas, las sillas encima de las mesas, los deberes guardados en la carpeta. Hasta mañana. Y la clase se queda vacía con olor a virutas de lápiz en la papelera, a tiza en la pizarra, a sonrisas de última hora, a empujones en la fila y a ruedas de las carteras. Las persianas se quedan bajadas, se apaga la luz y se cierra la puerta.