domingo, 17 de marzo de 2013

DE LOS MAESTROS Y MAESTRAS

Parece que la administración está por desprestigiar todo lo posible a esta noble profesión de la docencia.

Ahora sale a la luz, los resultados de las últimas oposiciones de Maestros/as en la Comunidad de Madrid. Falta de conocimiento, faltas de ortografía, escaso vocabulario... en fin ¡un desastre! Pero ¿quién tiene las competencias educativas desde hace muchos años en la Comunidad de Madrid? ¿No son la mayor parte de los Centros Educativos de titularidad privada en esa Comunidad? Pues alguna responsabilidad deben tener en semejantes resultados. Muchos filtros han fallado hasta que esas personas han llegado a examinarse de oposiciones: en primaria, en secundaria, en el bachillerato, en la universidad. Algo ha fallado de manera estrepitosa en Madrid.

De todos modos, un docente de primaria deber ser infalible en Matemáticas, Lengua, Ciencias Naturales, Historia, Geografía, Medio Ambiente, Informática, Documentación... y un sinfín de otras ciencias. Por no hablar de que la mayor parte del tiempo nos lo tenemos que pasar dando normas de urbanidad y buena educación, que los alumnos y alumnas deberían traer ya de sus casas aprendidas.

No defiendo que un maestro ponga faltas de ortografía, pero tampoco defiendo que las cometan médicos, abogados, biólogos, curas, arquitectos, astrólogos, economistas, químicos, ingenieros,... etc., etc. Nadie que haya pasado por la universidad debía cometerlas.

Un/a maestro/a es mucho más que recordar las provincias por las que pasa un río o los afluentes que tiene, o los satélites de Saturno. Para eso, y mucho más, está Internet. Hoy en día tenemos todos los saberes al alcance de la mano.

Un/a maestro/a es guía para abrir los ojos de nuestros alumnos y alumnas a la vida, es enfermero y enfermera para curar los raspones, las narices sangrantes, los coscorrones; es abogado, juez y fiscal para solucionar los mil y un conflictos que se producen en clase; es detective para averiguar de quién es el lápiz por el que disputan dos infantes, o para saber dónde está la libreta que no aparece; es confidente para escuchar los problemas; es quien consuela el llanto, quien limpia los mocos, las gafas, y quita y pone abrigos, quien ata zapatillas; el guarda y custodio de secretos y de cromos; quien recupera el balón encajado, quien arregla las cremalleras que se atascan, quien da normas morales y éticas...

Y además de todo eso y más, el que enseña a leer y a escribir, a entonar, a recitar, a crear cuentos y poesía, a sumar, a restar, a multiplicar, a contar, a hacer problemas, a no poner faltas de ortografía; el que enseña que el oxígeno nos da vida y que los árboles son necesarios para respirar, que hay que respetar a la Naturaleza, a los padres, a los mayores, a los amigos y amigas; a celebrar el Día de la Paz, de la Mujer, del Discapacitado, de los Abuelos; que la rueda ha sido uno de los descubrimientos más importantes de la Humanidad. Y que humanidad es lo que les falta a muchos que salen por la tele a criticar a los maestros y maestras esforzados y preparados, que somos muchos más que esos que suspendieron en oposiciones el año pasado en Madrid, y que día sí y otro también no le hacen ascos a sacar las vergüenzas y mezquindades de cuatro personajillos del tres al cuarto.


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