sábado, 25 de mayo de 2013

IN MEMORIAN
A veces la vida es tan injusta que no puedes comprenderla.

La muerte puede estar a la vuelta de la esquina y aunque sepas que llegará con certeza te niegas a aceptarlo. Sobre todo si se trata de un ser querido. Nos aferramos a la más leve esperanza, mientras hay vida... Esperamos el milagro que no llega, un día más es un regalo, pero el fin llega inexorable e implacablemente. Entonces todos los sufrimientos padecidos durante la enfermedad de la persona amada, esos que te han hecho quererla aún más, caen sobre ti de golpe, el dolor es inmenso, se hace insoportable, la pena te atenaza el corazón y los sentidos; no hallas consuelo, y lloras, lloras sin poder evitarlo. El llanto es bueno porque se desahogan las emociones. Los primeros días son insufribles. Después el paso del tiempo va mitigando el dolor y se va instalando en tí la añoranza que ya te durará toda la vida. Siempre pensarás en esa persona que pierdes, a diario. Lo mejor es hablar de tus recuerdos y solo los mejores quedan en tu interior. Y recordarla con alegría. Creo que igual que nos preparamos para la vida, deberíamos prepararnos para la muerte. Pero tampoco sé como se hace.

Es cierto que en los momentos duros echas mano a todo lo que puede consolarte. La fé, para algunos, pero para todos el mejor antídoto es la familia, los amigos y el trabajo.

Con el trabajo te evades unas horas de la tristeza. Y la familia y los amigos son el pilar en el que puedes y debes apoyarte para no desfallecer.

Desde hace unos días tenía todo esto en el corazón y tenía que sacarlo.

Es verdad que yo perdí a mis seres queridos, mis padres, hace muchos, muchos años, me parece mentira que haga tantos, pero los recuerdo siempre, los echo de menos, los sueño muchas noches. Ya no me duele como los primeros tiempos, es cierto. Pero cuando fallece alguien de nuestro entorno nos unimos al duelo con nuestro duelo también.

Por eso, a tí, que lees este blog y que has sufrido esa terrible pérdida, te envío mi ánimo y mi cariño. Sé fuerte, sé que lo serás siempre.

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