jueves, 19 de septiembre de 2013

LA LLAMADA
El móvil no paraba de sonar. Quiso ignorarlo y lo metió en un cajón de la cocina. Dejó de sonar. ¡Mejor!. Pero al cabo de unos minutos volvió a escucharlo. Abrió el cajón y lo sostuvo entre las manos, la pantalla se iluminaba con ese nombre, su nombre, el nombre que le quemaba ahora en los ojos, y que le quemaba en los labios al pronunciarlo, y en los oídos y en el alma cuando lo oía.

Su nombre. Intentaba no pensar en él pero sus cuatro letras estaban siempre dispuestas a asaltarla. Por fin decidió apagar el teléfono, así no se vería obligada a tener que sufrirlo. Pero volvió a repiquetear una vez más. ¿Por qué insistía tanto? Ya se habían dicho todo lo que tenían que decirse. ¿Por qué volvía a llamarla? ¿Por qué ese empeño en torturarla? Si no la quería ¿Para qué llamarla tan insistentemente?

Tal vez, solo tal vez, se habría arrepentido ¡No! No quería volver a iluminarse, el dolor era demasiado intenso para volver a sentirlo. Pero... y sí acaso... El aparato había enmudecido. Podría marcar el número con un solo movimiento. Pero no se atrevió. Le puso en silencio. Lo tenía entre las manos cuando su vibración le sobresaltó. Su nombre otra vez. Esta vez descolgó.

-Dime

-Señora, le habla la policía.....

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