jueves, 5 de septiembre de 2013

Se acabó el verano
Es verdad que me he pasado el verano disfrutando de unos aperitivos deliciosos, que, si bien, han hecho las delicias de nuestros amigos y amigas en las redes sociales, quienes más los hemos disfrutado hemos sido nosotras. ¡Es evidente!.


Eso ha llevado a que, a sabiendas, no nos haya cogido por sorpresa la báscula. A la que, dicho de paso, yo he mirado de reojo y recelosa durante todo este tiempo.

En previsión y para poder ponerme alguna ropa que me entrara, he hecho ejercicio, aunque tal vez de forma irregular ¡lo reconozco!.

En el salón de atrás, al que llamamos la sala de juegos, tenemos una video consola de esas que a la mínima que te descuides te suelta la doctrina de Confucio sin anestesia ni nada. Pues bien, a esa consola (a la que yo llamo "la señora de atrás"), me encaramo cada mañana desde hace varios días y se comprende que me ha cogido una "hincha"!!!!! porque siempre me dice que estoy ¡OBESA!. Que estoy un poco gordita, ¡sí!, pero ¿obesa? ¡Ah no!. Así que me he propuesto quitarle la razón. Tanto es así que ahora hago ejercicio con ahínco dos veces al día.

Cada mañana, "al despuntar el día", (¡cómo me gusta esta expresión!), ya me tenéis en el gimnasio, le dedicó un hora con muchísimo interés. Y salgo de allí como sí me hubiera dado una ducha, empapadita y goteándome hasta el alma. ¡Que le quito la razón a esa "señora" si o si!.

Nota.- para aquellos que no estaís puesto en el "maravilloso mundo de las video consolas", a la que hago referencia tiene un juego en el que te mide el IMC (Índice de Masa Corporal), te dice el peso y digo yo que alguna vez le habré entrado lo que mido. O a lo mejor es que con la cámara que tiene me mira y me mide. No sé, pero que me ha cogido manía, ¡fijo!.

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