jueves, 17 de octubre de 2013

LA CLASE
Cada inicio de curso, la clase está silenciosa. Los pupitres vacíos, las persianas bajadas, el encerado limpio, las paredes recién blancas.

Cada inicio de curso, la clase espera a sus nuevos inquilinos.

Atrás quedaron los que se fueron, se llevaron sus risas, sus voces, sus miradas, sus canciones, sus papeles con mensajes, sus lápices rotos, sus ilusiones, las libretas repletas.

Cada inicio de curso, la clase recibe caritas ingenuas, miradas de asombro, sonrisas curiosas, lápices intactos, carteras nuevas, libros recién forrados, ganas de aprender, susurros contenidos.

Cada inicio de curso, la clase se llena de nombres. Algunos se repiten, otros suenan por primera vez. Los lazos en el pelo, el uniforme, el traje de deportes, la mochila, el estuche, los colores, el sacapuntas, los "rotus", los cuadernos, las tijeras.... todo se estrena.

Y se van llenando las mañanas de canciones, de cuentas, de letras, de preguntas, de respuestas, de palabras, de tareas, de juegos...

La clase está viva, casi se diría que sueña. Quizás Manuel sea constructor como su madre y Ana, enfermera como su abuela y tal vez Séfora ya no venda en los mercadillos como sus padres, y sea abogada, una abogada muy buena. Y Adrián llegue a ser pintor que es lo que sueña, o descubra una vacuna contra la pobreza, y Alicia sea escritora, y Patricia cineasta y consiga un óscar. Y Alberto, futbolista, Pablo médico, para curar las penas. Y Luís mecánico o albañil o poeta. Cristina, pediatra. María, lo que ella quiera.

¡Uff! Cuantos sueños en esta habitación, cerradita, como una pecera, pero inmensa, sin límites, sin fronteras. Ahí cabe la feria, la piscina, el campo, las volteretas, el sol, la luna y las estrellas, la ciencia, los cuentos, el lobo, la princesa, el enano, el gigante, el topo, la jirafa... todos están en la Biblioteca.

La puerta se abre y la clase recibe a los niños y niñas con las ventanas abiertas.

La primera que entra es la maestra. Cargada de buenas intenciones, de ganas, de fuerza. Y los niños y niñas se sientan se saludan y la saludan a ella.

Comienza el trabajo diario, la lectura, el dictado, las cuentas, los problemas, los ríos, las nubes, los poemas, los sentidos, las casas, los barcos, las fábricas, las máscaras, los murales, la plasti...

El timbre toca el recreo y salen a jugar, a contarse sus cosas y tomar la merienda. Y en la clase reina el silencio con las voces que entran del patio, y espera su vuelta. Y la hora de irse a sus casas, las sillas encima de las mesas, los deberes guardados en la carpeta. Hasta mañana. Y la clase se queda vacía con olor a virutas de lápiz en la papelera, a tiza en la pizarra, a sonrisas de última hora, a empujones en la fila y a ruedas de las carteras. Las persianas se quedan bajadas, se apaga la luz y se cierra la puerta.


2 comentarios:

  1. La creación de empleo es el reto del futuro, que sectores están en condición de crearlo a mi entender ninguno, ningún sector creara empleo suficiente para tantos parados por lo que la solución es generarlo, trabajo social conservación del medio ambiente es decir habrá que generarlo en todo aquello que sea un bienestar para las personas y al mismo tiempo para el país, Si no se hace de esta manera no habrá cotizantes para mantener las pensiones, pero ademas si no se crea empleo los pensionistas futuros estarán abocados a una pensión mínima, Te invito a que leas mi Proyecto Compromiso Solidario, si te gusta dale a compartir, enlace http://yocaminoytu.blogspot.com/

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  2. ¡Ay, querida Paqui! No sabes lo mucho que me acuerdo de ti en la universidad, cuando pienso en el futuro, leyendo... El otro día, buscando antiguos libros en las estanterías, encontré un relato que, hace mucho tiempo, en el 2006, escribiste en Navidad para nosotros : " Los cuentos de la clase". Me quedé leyéndolo sentada en la cama y se me derramaron algunas lagrimillas nostálgicas. Yo era la protagonista, la intrépida y curiosa Alicia. Aunque quizás sólo hayas utilizado nuestros nombres ( o puede que sea algo más) , para mí, significó muchísimo haber aparecido en el cuento, una de tus muchas muestras de cariño y aprecio hacia nuestra clase.
    Ahora, al leer esto, me acuerdo de los tiempos del Santiago Apóstol. ¡Bonitos recuerdos!. Veo que, te sigues acordando de nosotros en tus palabras y me enorgullezco por ello.
    No sé que va a ser de mí en el futuro, si acabaré siendo escritora, como dices, bióloga, maestra o todas esas profesiones a la vez, lo único de lo que estoy segura es que tú marcaste una etapa de nuestras vidas, la más importante, e influiste en nosotros como personas y como estudiantes. Gracias a ti, en parte, somos lo que somos y te estaremos agradecidos siempre.
    Un abrazo.
    Alicia.
    PD: En la portada, con letra pequeñita pone : "El cuento continuará y aparecereis todos. Lo prometo. Y yo cumplo mis promesas, lo sabéis. Espero que vosostros cumplais la vuestra de portaros mejor, ser más buenos y estudiar más." Nunca es tarde, Paqui. Algunos de nosotros llegamos a la universidad, y otros están en las puertas, asique.. cumplimos nuestra promesa ( y lo seguiremos haciendo). Espero que cumplas la tuya y la compartas con todos nosotros.

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